Cuando uno crea contenidos y los sube a la red debe tener claro cuáles son sus derechos de autor sobre ellos y con qué tipo de protección puede contar. Y ahí es donde nos encontramos con el Copyright, el Copyleft y el Creative Commons.
El Copyright es el que más sonará a la mayoría. Se trata de una premisa legal que el autor de la obra se reserva. La “c” dentro del círculo viene a decirnos que el software, la película, libro, o trabajo creativo que tenemos entre manos, tiene dueño al que le debes pedir permiso para usarlo, para distribuirlo, y pagar por ello.
El Copyleft tiene en su logo la definición casi perfecta de su contenido. Al contrario que el Copyright, esta licencia no tiene ningún límite establecido de forma que la obra inicialmente registrada por un autor se puede modificar, compartir y copiar; la obra inicial puede incluso servir de base para una obra nueva y ser registrada por otra persona.
En cuanto a la licencia Creative Commons, ésta bebe directamente del Copyleft, pero cuenta con mayor grado de protección; concretamente la que el autor mismo quiera darle. Todas las fórmulas que engloba el término Creative Commons tienen una característica en común, y esta es la obligación de mencionar al autor de la obra. La doble CC se usa mucho en los blogs y bitácoras.
Para finalizar con la explicación cabe resaltar que, en cualquier caso, para para proteger un contenido en la red es recomendable obtener cualquiera de estas licencias. De la misma forma en que hay que tenerlas en cuenta a la hora de usar obras y contenidos de otros autores.
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